jueves, 3 de junio de 2010

El verdadero Socialismo


En primer lugar, es menester hacer hincapié en un detalle muy importante, para que nadie me acuse luego de sectarismo político: el socialismo ha de ser enfocado desde un punto de vista humanista.

En segundo lugar, para todos aquellos que todavía no lo saben, que son muchísimos, socialismo no es la política del Partido Socialista Obrero Español, que tiene de "obrero" y "socialista" lo que George Bush de inteligente o lo que Carmen de Mairena de hembra. Es una analogía bastante aproximada.

En tercer lugar: puede que se haya aplicado mejor o peor, con más o menos motivación, pero una tras otra, las sociedades que lo han vivido, una vez que los enemigos corruptos lo han desintegrado, en un gran porcentaje de su población se ha desatado un sentimiento de profunda nostalgia. Díganme ustedes, una nación como Rusia, con primaveras, otoños e inviernos gélidos, ¿cómo pudo llegar a convertirse en la superpotencia que fue? Aún hoy en día, en herencia del comunismo, es la única potencia militar con capacidad de hacer frente a cualquier ejército del mundo. Todavía hoy portan la estrella roja de la Revolución en sus helicópteros y demás maquinaria bélica.

El socialismo es hoy día la mejor forma de organización de cualquier colectivo de seres humanos. Es una ley suprema hecha para humanos, no para una sociedad de máquinas sin sentimientos. No existe una ley suprema ni sistema de organización que sean perfectos, pero al menos, el socialismo marxista-leninista es la que acarrea menos injusticias a nivel de organización y desarrollo. La perfección no existe y nunca existirá, porque la Naturaleza es imperfecta, odia los ángulos rectos y en un sentido amplio, la perfección absoluta es un ideal humano preconcebido intrínseco a nuestra imaginación. Y nunca vendría mejor que en estos tiempos de demostración de fracaso del liberalismo agonizante, parafrasear al gran sabio, el gran filósofo y científico, Albert Einstein cuando decía aquello de "En tiempos de crisis la imaginación es más efectiva que el intelecto."

Es obvio que la gente más inteligente siempre ha sido de izquierdas. La mayoría de los más grandes intelectuales de todos los tiempos, tarde o temprano han abogado por la paz, la reconcililiación y la eudaimonía colectiva. Fíjense ustedes que la idea de comunismo es bien antigua, a cualquier persona que ha estudiado un poco de filosofía, le suena aquello del "Comunismo platónico". En mi caso, ese ha sido el punto de partida, lo que inició en mí la transformación hacia la madurez. ¿Qué es la madurez? Permítanme volver a citar a Einstein: "Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos". Y esto es una idea que no se manifiesta en el capitalismo, pero sí en el socialismo.

No podemos consentir que la derecha nos diga qué es y qué no democrático. Mucho han falseado la historia desde sus agencias de desinformación, manipulación de la realidad y maquinaria propagandista, aquellos que siempre han querido mantener su poderío oligárquico y que han contaminado los sentimientos de su población con egoísmo, envidia, racismo, xenofobia y todos los males que por sistema salen en cualquier discurso contra el fascismo neoliberal.

Seamos realistas. Siempre habrá gente enferma y más predispuesta genéticamente a la avaricia. El peor enemigo del hombre es el propio hombre. Somos una raza autodestructiva por naturaleza. Por ello hay que poner limitación y leyes que frenen nuestra autodestrucción, el egoísmo, el odio al prójimo y todo lo malicioso que nos acecha. Por ello las desigualdades no son sanas y debieran desaparecer por el bien de todos y la salud física y mental del conjunto. El hambre ha de desaparecer. Ningún tipo de limpieza étnica por parte de ningún dirigente trastocado debe ser consentida. Es necesario e indispensable que la igualdad, a efectos económicos y de derechos y libertades, deje de ser un ideal para convertirse en un hecho e hito histórico conquistado amparado por leyes fundamentales internacionales. El internacionalismo es la vía hacia el consenso y la verdadera alianza de las civilizaciones; es el camino hacia la cooperación y el reconocimiento de las diferencias culturales como riqueza de la propia especie humana. El libro de la vida todavía está en sus primeras líneas. Hasta que exista en la Tierra o en cualquiera de los mundos que el hombre pueda llegar a habitar, una realización plena del conjunto de la sociedad, no se podrá considerar que estemos civilizados.

Con vistas hacia el futuro, la difusión de ideas hacia la colectividad, la cooperación, la igualdad, el respeto, la tolerancia y la paz se ve reforzada por el auge de la disminución de la influencia de los medios de comunicación de masas como son la televisión, la radio y la prensa escrita. Cada vez existen más agencias de noticias independientes y de acceso libre y gratuito. Ello es muy positivo con respecto al alcance de todo lo que tiene que ver con nuestra fe, que se diferencia de la religión en que nosotros no idolatramos a ninguna divinidad y a hechos que no hemos podido comprobar, sino que nos basamos en el método científico, en la justicia universal y en todo aquello que podemos palpar, que se ve maximizado por la importancia de los sentimientos y nuestra propia humanidad. Y por último, sobre todo, nuestra fe reside en nuestro trabajo, porque cualquier cosa que conciba nuestra imaginación es, de un modo u otro, posible por el hecho de poder haberla dibujado en nuestras mentes y posible de realizar gracias al trabajo de un conjunto harmonizado, porque todos hemos nacido iguales.

M.V.G.

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